domingo, 11 de junio de 2017

Los olores de las ciudades

Cada ciudad, como los seres humanos, tiene sus características y personalidad. Los olores, por supuesto, no siempre son buenos. Su percepción es subjetiva. Hay muchos olores agradables y desagradables, depende por donde se transite.

Los bogotanos no nos damos cuenta de que la ciudad huele a hidrocarburos debido a la mala calidad del parque automotor pero de noche en muchos sitios podemos disfrutar del olor que emana el árbol Caballero de la Noche. Las ciudades del Pacífico, como Buenaventura y Quibdó, huelen fuertemente a humedad.  Moniquirá, Vélez y esa zona huele a guayaba y bocadillo.

Ciudad de México en algunos sitios tiene olor a albañal pero en la mayoría de lugares huele a tortilla. El Bosque de Chapultepec tiene un sitio llamado el Jardín Sensitivo, allí las personas ciegas o con deficiencias visuales pueden caminar y disfrutar de los olores de los arboles aromáticos especialmente plantados para ello. En términos generales si me preguntan por el olor de México respondo: huele a tortilla.

Los cascos históricos de Quito y La Paz tienen los olores de los ingredientes que utilizan en las comidas, poco agradables para mi gusto.


La Habana tiene su olor, se siente una vez se va del Aeropuerto José Martí  por la Avenida Rancho Boyeros hacia el centro, es un olor especial, que no puedo describir y me gusta, quizás por la alegría de llegar a esa ciudad. Sin embargo, en algunas zonas de los municipios (localidades para nosotros) de la Habana del Este y Regla se sufre por el olor característico de hidrocarburo que emana la Refinería Ñico López. Ese olor “forma parte del paisaje”. Si se camina al mediodía por los barrios habaneros huele a picadillo. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

sábado, 18 de octubre de 2008

TRES AYMARAS


Benita se subió alterada al avión en Santa Cruz de la Sierra. Discutía en su lengua y en un castellano con acento indígena. Yo no entendía lo que discutía. Ella es relativamente alta y fornida. Iba vestida con jeans, las uñas las tenía arregladas y pintadas de rojo, su saco era de lana blanca de tejido industrial pero su peinado y su porte la delataban como una mujer indígena. Ingresó al avión que nos conduciría finalmente a la ciudad de La Paz, haciendo una escala en Cochabamba. En el trayecto hubo turbulencias. Ella me preguntó: “¿Está nerviosa?”. Le contesté: “Este avión se mueve más de lo normal”. Ella respondió: “Es que estos aviones son muy pequeños”. Mi prejuicio me hizo pensar en un poderoso avión de Air France y que ella quién se creería, pues sin conocimiento de causa afirmaba que ese avión era muy pequeño. En la escala, en el aeropuerto Jorge Wilstermann de Cochabamba, entablamos conversación. Me dijo airada: “He viajado mucho y en la única parte que me han discriminado y me han maltratado ha sido en Santa Cruz”. Le pregunté: “¿De dónde vienen?”. Respondió: “De Shanghai. Llevamos tres días de vuelo. Ayer viajamos de Brasil a Santa Cruz. Allí no nos respetaron nuestros tiquetes. Nos tocó pagar de nuestros bolsillos un hotel y además nos discriminaron y maltrataron. Este último itinerario estaba cancelado desde el comienzo pero tampoco lo respetaron y también tuvimos que pagarlo. Es un atropello”. Me sorprendió porque yo había pensado que era una comerciante de Santa Cruz. Los aymaras han sido siempre comerciantes. Alguien me había dicho: “Cualquier tienda o negocio en Bolivia lo más probable es que pertenezca a un aymara”. En este caso me había equivocado de sitio. Seguimos conversando. Me contó que sí era comerciante pero de El Alto y que con un grupo había ido a China a comprar mercancías y a asistir a los juegos olímpicos. Que allí contaron con un traductor boliviano y un chino. Los comerciantes les iban señalando qué iban a comprar y en qué número, para que los fabricaran en la cantidad señalada. Me mostró su pasaporte. Tenía visa norteamericana y allí estaban los sellos de entrada a varios países. Benita, que había estado en París y Shanghai, vino a ser maltratada en Santa Cruz de la Sierra.

Teodoro vive en Sawiña, un pequeño poblado a orillas del lago Titicaca, situado a diez kilómetros de Copacabana, en la carretera que conduce a Kazani, frontera con el Perú. Desde la carretera pavimentada se camina aproximadamente quince minutos por un camino polvoriento. El poblado cuenta con una pequeña iglesia y está ubicado en un montículo desde el cual se divisa el Titicaca. En una esquina hay una sencilla tienda en la que se aprecia un cartel que dice: “Evo sí cumple”. Allí venden los pasajes para ir por las islas flotantes. Dos hombres me atendieron cordialmente y el mayor de ellos se dirigió conmigo hacia la lancha. El es Teodoro. Me contó que esa comunidad, por su propia cuenta, casi sin ningún tipo de ayuda, está recuperando tres islas flotantes: Pachacamac, Intihuata y Los Yampus. Ellos no utilizan lanchas a motor porque consideran que contaminan el lago. Ese hombre mayor, con manos que constatan una vida de trabajo, remaba con todas sus fuerzas y energías para mostrarme esa maravilla de la naturaleza que aún pervive. El recorrido puede durar dos o tres horas. Se navega lentamente entre totorales que están separados por agua cristalina que deja ver variedades de algas. Se observan los patos y varios tipos de aves que corretean sobre el agua, muy cerca de la lancha. Las islas están construidas con totoro y las utilizan para el trabajo de la pesca. Cuentan con una torre donde flamean la Whipala y la bandera de Bolivia. Sobre ellas construyen viviendas, que deben ser acogedoras en las gélidas noches del altiplano. El totoro, una vez se pudre, lo cambian por otro. Ellos buscan preservar ese ecosistema que se ha perdido por cuenta de los excesos que impone el turismo, aunque su iniciativa ha despertado celos de sus vecinos peruanos. Los comuneros de Sawiña ven con preocupación la contaminación de esas aguas, que, aunque están muy cerca de Copacabana, las salva un accidente geográfico que se interpone. Desde las islas se puede apreciar una montaña muy cercana. Le pregunté a Teodoro si allí había cóndores. Me respondió: “Sí. Son muy bonitos, tienen el pecho blanco”. Volví a inquirirle: “¿Ustedes no los matan?”. Me replicó, sorprendido: “¿Por qué? Ellos solo vuelan”.

Inocencia es una mujer risueña de 59 años. La conocí en un micro que se dirigía hasta la frontera con Perú y Chile. Estaba muy pulcramente vestida, con pollera y sombrero, atuendo típico de las indígenas aymaras. En la parte superior del delantal azul estaba prendido un gancho por donde corría la lana. Todo el tiempo tejía. Me confesó: “Le hago un saco a mi nieto”. Le pregunté para dónde iba y contestó: “A visitar a mi mamá. Ella nunca quiso dejar su casa y la visito frecuentemente porque es bastante mayor”. Le indagué luego por su vida y me informó: “Tengo un hijo médico; otro hijo, el menor, estudia en la universidad, y dos hijas. Una vive en La Paz y la otra en Argentina hace muchos años. Mi esposo vive en Las Yungas. Allí tiene una finca en la que se producen frutas. El clima es muy agradable”. Conversamos agradablemente sobre cosas cotidianas. Compró el pan que ofrecen en el camino y me invitó. Seguimos conversando. Me contó que no le gustan las fiestas porque allí les roban los sombreros. Agregó que le gusta llevar esas polleras. Siempre las ha llevado. Le pregunté si alguna vez había salido de Bolivia y su respuesta fue rápida: “No, pero el año entrante voy a visitar a mi hija que vive en Argentina. Me tocará botar la polleras porque si las llevo me van a discriminar. Luego, cuando vuelva, me las vuelvo a poner. El año entrante empezaré a cobrar el bono que el gobierno está dando a los mayores de sesenta años”.

domingo, 5 de octubre de 2008

DE LA PAZ AL ALTO


La Paz fue fundada en 1548. El primer grito de independencia se dio en 1809 por Pedro Domingo Murillo. Esta ciudad se asienta en una olla o cañón y está rodeada de impresionantes alturas andinas, una meseta a 4.000 metros sobre el nivel del mar y los valles bajos. El Illimani con sus 6.465 msnm es su cuidador y emblema. La temperatura promedia entre 8 y 25 grados centígrados. En las madrugadas puede helar.

En la meseta se encuentra la combativa ciudad de El Alto, conurbada a La Paz, sede de movimientos sociales importantes como la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) y la Central Obrera Regional (COR), decisivas en la guerra del gas en 2003. Las dos ciudades suman aproximadamente 1.600.000 almas. Allí queda el Aeropuerto Internacional El Alto.

El aterrizaje es impresionante. De día, cuando está despejado, se tiene la ilusión óptica de tener el Illimani muy cerca. Detrás de él se ve el imponente Potosí. Los dos forman parte de la hermosa Cordillera Real. De noche la vista es espectacular. Parece que existiera una ciudad perpendicular o suspendida en el aire: son los barrios que rodean el centro de la ciudad de La Paz.
La Paz es una ciudad cosmopolita, bulliciosa, con miles de colores y olores de los seres humanos pertenecientes a múltiples etnias que habitan las tierras altas de Bolivia. Por el centro desfilan turistas de muchas nacionalidades, oficinistas, estudiantes. Las personas son muy amables y dulces.

Las diferencias sociales se expresan de acuerdo al sitio donde se encuentre el barrio. Las clases altas viven en el sur de la ciudad, en las zonas más bajas, donde el clima es más benigno y hay más oxígeno, la diferencia de temperatura es de 10 grados centígrados con relación a El Alto. La zona sur se encuentra entre los 3.200 a 2.800 msnm, es desértica, cerca de ella se encuentra el Parque Nacional Valle de la Luna. Ahí, las clases altas, han construido sus quintas y le han sacado partido al paisaje. También queda un reconocido club de golf. A medida que se asciende cambia el clima, disminuye la temperatura y el estrato social. Las clases medias viven en las pendientes. En la zona norte, occidental y en El Alto viven los más pobres.

A una altura de 3.650 msnm se encuentra la zona histórica más antigua de la ciudad. El centro político es la Plaza Murillo o Plaza de Armas, en donde están las sedes de los poderes ejecutivo y legislativo y la Catedral. Varias cuadras abajo se encuentra la Basílica Menor de San Francisco, exponente del llamado “barroco mestizo”. Talvez el sitio más emblemático del quehacer ciudadano. Este casco antiguo conserva el trazado español pues debido a la topografía de la ciudad las calles no tienen forma recta. En este sitio se aprecia mucho más el colorido por la cantidad de ventas de tejidos y artesanías. En una de estas calles denominadas de Las Brujas, expenden todo tipo de yerbas medicinales y para conjuros.

En el llamado centro se encuentra la zona bancaria y comercial. También están ubicadas embajadas y los hoteles costosos. La Avenida El Prado recorre el centro y lo conecta con la zona sur y el norte, es una hermosa avenida que cuenta con jardines y amoblamientos urbanos que le dan cierto aire europeo. Esta avenida tiene forma de espina de pescado y muchas calles convergen en ella. En esa zona se observa arquitectura de los años 40 y 50 del siglo pasado, así como estilos vanguardistas. Lamentablemente se encuentra congestionada por el transporte público que lanza sus emisiones de gases sobre los peatones. Los micros cuentan con ayudantes y ayudantas que ofrecen a gritos los diferentes trayectos con su acento particular.

En el norte de la ciudad se encuentra el sector industrial representado por la Cervecería Boliviana Nacional que fabrica la famosa cerveza Paceña y otras industrias pequeñas de alimentos. También se encuentra la Terminal de Buses y la Estación de Ferrocarril. Por esa zona se asciende a la ciudad de El Alto a 4.050 msnm.

El Alto era propiedad de conocidas familias que en los años 40 del siglo pasado decidieron urbanizar sus propiedades. Como ciudad se conforma alrededor de un sitio muy concurrido actualmente denominado La Ceja. Hoy por hoy El Alto cuenta con más de quinientas urbanizaciones. Igual que otras ciudades bolivianas es evidente la falta de planeación urbana.
La ciudad ha tenido varios nombres. Inicialmente le llamaron "Alaj Pacha " (Tierra en el Cielo), luego "Cruz Pata" (con la cruz arriba), posteriormente "Altupata Marka" (Pueblo de Arriba). Perteneció a La Paz pero en 1988 se conviertió en la capital de la Cuarta Sección de la Provincia Murillo, con el rango de ciudad.

De acuerdo a datos oficiales, aproximadamente el 40 % de la población total existente, son inmigrantes de otros municipios de Bolivia, y el mayor porcentaje de los mismos, son originarios de la Cultura Aymara del Departamento de La Paz, y de los centros mineros del altiplano.
Esta ciudad está ubicada estratégicamente. Es un sitio de paso del ferrocarril. En 1904 el ferrocarril unía a La Paz con Arica. En 1923 construyeron la pista de aterrizaje. Hoy, están ubicados el Aeropuerto Internacional de El Alto y el militar. Este sitio fue decisivo para consolidar la revolución de 1952 porque los mineros de Milluni en ese sitio derrotaron al ejército. Es el punto de partida a Copacabana (Lago Titicaca), Tiahuanacu, Perú y Chile.

La ciudad es completamente plana. Socialmente El Alto corresponde a lo que para Ciudad de México es Nezahualcoyotl o para Bogotá es Soacha debido a que surgen como territorios que prestan servicios a una ciudad capital, se convierten en ciudades satélites y luego se conurban y se caracterizan por la concentración de pobreza y problemas sociales. El Alto es la ciudad más pobre de Bolivia. En El alto se conjuga la pobreza con la belleza.

(Fotografía de Mariana Quiroga).

miércoles, 10 de septiembre de 2008

UNA MIRADA SOBRE LA SITUACION ACTUAL DE SANTA CRUZ

Compartimos la preocupación puesto que las imágenes que se difunden son muy duras y uno imagina la gravedad de los acontecimientos. Sin embargo, la realidad y los matices siempre son diferentes:

1. Los actos de violencia están ocurriendo. Están organizados por quienes temen perder sus privilegios y supieron posicionar sus intereses en la población como si se tratase de los intereses de toda la población.

2. El objetivo de estos movimientos cívicos y prefecturales (gobiernos departamentales) es la "devolución del IDH" (Impuesto de Hidrocarburos). Un 30% que fue reorientado por el gobierno para un fondo solidario o un "bono dignidad" ­­­-un pago mensual de aproximadamente 27 dólares mensuales a los adultos mayores de 60 años. Si uno piensa en el porcentaje y el destino que se dio a esos fondos, no amerita las acciones tomadas.

3. La otra situación o demanda no manifiesta es la discusión de la aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado, que es objetada por algunos grupos empresariales asentados en la agroindustria y que son los dirigentes cívicos de los departamentos autodenominados "Media Luna". Detrás de esta oposición está planteada una falsa discusión acerca del “comunismo” y “socialismo” que supuestamente representaría esa Constitución y el gobierno de Evo Morales.

4. ¿Cuáles son los intereses en juego afectados?

La política de tierras del gobierno afecta a la agroindustria, a los latifundistas, a los ganaderos y repara parcialmente una vieja demanda de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas que, durante muchos años, no tenían ninguna seguridad jurídica sobre sus tierras y territorios. El gobierno actual, en correspondencia con la Declaración sobre Derechos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, continúa el proceso de titulación de tierras en favor de las comunidades y pueblos indígenas. Esta política afecta los intereses de los grupos empresariales antes mencionados y son quienes promueven las acciones que actualmente se viven con todos sus matices.

5. ¿Quiénes ganan y quiénes pierden con estos actos vandálicos? Los sectores empresariales en estas crisis, deliberadamente generadas, son los que más beneficios obtienen. Es el caso de las empresas importadoras de materiales de construcción, los agroindustriales y en general todos los sectores empresariales ligados al mercado mundial tienen un doble beneficio, primero con la baja sustancial de la cotización del dólar en el país y la venta de sus productos en Bolivia con precios elevados y cada vez en alza. En cambio los trabajadores y los sectores de clase media son los más afectados en esta crisis, por ello es fácil para estos sectores privilegiados conseguir eco en sectores de la clase media que ve agravada su situación, a los que fácilmente se suman grupos lumpen que ven oportunidades en los asaltos a las instituciones del Estado. Detrás de estas acciones están intereses mucho más fuertes, como las empresas transnacionales que perdieron el control de hidrocarburos, la embajada norteamericana que tiene vetado con el gobierno los proyectos de USAID y los mismos fueron volcados a las prefecturas y en parte promueven estas acciones.

6. El gobierno a su vez, a perdido las iniciativas, a perdido la cualidad de gobierno nacional, ha tenido una secuencia de acciones gubernamentales erráticas, desde inducir a los movimientos sociales a votar por el No a las autonomías, este fue el momento de quiebre que permitió entregar algunas banderas de los movimientos sociales como la lucha por la autonomía y la autodeterminación a los sectores de derecha recalcitrantes, enfeudados en los gobiernos prefecturales de oposición y los comités cívicos.

7. Los límites de este conflicto. Las acciones violentas y delincuenciales promovidas por los cívicos y prefectos de la “Media Luna” tiene un límite y es la toma de las instituciones estatales, luego no tienen más argumentos para sus acciones, salvo que reinventen demandas, por ejemplo dejar en segundo plano el IDH y hacer manifiesto las divergencias del texto del proyecto constitucional. Un tema capital en esos escenarios que puede hacer diferente los niveles de violencia y confrontación es la posición de las FFAA y la Policía. En el pasado, en acontecimientos similares, lo normal hubiese sido que la policía y el ejército “metieran bala" o dispararan a los sublevados y a los que asaltaran los establecimientos públicos. Pero no solo esto, el gobierno y las autoridades judiciales hubiesen iniciado acciones legales para los promotores y quienes son protagonistas de estos actos ilegales. Estos conflictos ocurren con la complacencia o la tolerancia de estas instituciones -no es que la policía y el ejército estuvieran arrinconados o que no tuvieron orden de disparar- sencillamente asumen una posición cómoda de no confrontarse con la población. Está fresca en la memoria institucional de la policía y el ejército, febrero negro y octubre sangriento del 2003. Además en estas instituciones, sus mandos medios no están alineados con la política de Evo Morales, por consiguiente no puede crecer el conflicto a límites de una guerra civil.

8. Finalmente, Bolivia es un escenario donde pasa de todo y no acontece nada. Todavía nos matamos para que otros vivan mejor, en este conflicto los que ponen el pellejo son cambas yescas y collas pobres. La salida al final del túnel es que se abre una nueva fase de discusiones sobre el texto constitucional.

Esperando que esta mirada pueda aportar a más lecturas, deseo que todos tengan mayor tranquilidad.

Un abrazo,

José A. Martínez

*Yescas: pobres

miércoles, 3 de septiembre de 2008

MERCADO DE ABASTOS DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

El grupo de estudiantes del Doctorado Educación para la Integración y Desarrollo Humano y Sostenible de la Universidad de Valladolid tiene planteadas varias visitas a lugares con diverso interés social, a fin de plantear posibles trabajos de grado y como una forma de extensión curricular. Una de las primeras visitas se efectuó al Mercado de Abastos de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
El acceso a este mercado es caótico pues las calles que lo rodean están atestadas de vehículos que recogen y dejan pasajeros, sin ningún orden y sin que existan sitios de parqueo suficientes. Este caos denota, una vez más, la falta de planeación y ordenación urbana.

El Mercado de Abastos es un sitio en el que se puede apreciar la diversidad de productos agrícolas provenientes del campo, a precios más bajos que los que se expenden en supermercados. En términos generales se puede decir que ese sitio es ordenado y más o menos limpio.

Sin embargo, impresiona, como en otros mercados de Santa Cruz, que junto a los expendios de comida subsistan sitios en los que se prestan servicios de salud como el caso de casetas en las que se lee el siguiente aviso: “dentista”.

Otro aspecto de fondo es el trabajo infantil, tan común en Latinoamérica. Se observan niños y personas mayores trabajando como carretilleros. Ya sea cargando bultos o arrastrando pesadas carretillas con mercado a cambio de las propinas que les pagan los compradores. Ellos además prestan el servicio adicional de aconsejar a los clientes en dónde pueden comprar mejor. Estas personas inician su jornada a las 4 y 30 de la madrugada, no cuentan con medidas de seguridad para evitar daños en la salud.

Los niños carretilleros y limpia vidrios están organizados en diferentes organizaciones. Tienen unas normas de comportamiento como la de ir uniformados y cuidar la carga. Cuentan con líderes a quienes les deben respeto, además ningún miembro los debe "hacer quedar mal" y por tanto no pueden robar.

En ambos casos la situación es dramática. Los ancianos deberían estar gozando de una pensión y los niños jugando, descansando o estudiando.

Las organizaciones que los agrupan buscan mejorar la calidad de vida de estos niños. Una de estas organizaciones es Centro de Día Camino Nuevo, que forma parte de la Fundación Hombres Nuevos, de la que se hablará en otro artículo. El Centro de Día, les ofrece comida balanceada y ayuda en sus tareas pues la idea es que al culminar el trabajo se acerquen a este sitio, que queda muy cerca de Mercado de Abastos, se bañen, se cambien de ropa, se alimenten y puedan hacer sus tareas con la ayuda de cooperantes bolivianos y españoles. También la Fundación les ofrece servicios de psicología y trabajo social ya que muchos de estos niños se encuentran padeciendo en sus hogares de maltrato. En medio de esta situación, existe la esperanza de que a través de estos programas algunos niños puedan continuar sus estudios. Algunas de ellos se encuentran cursando estudios superiores.

El Centro de Día de la fundación Hombres nuevos, no incentiva ni aboga porque exista una legislación sobre trabajo infantil. Simplemente está en contra del trabajo infantil. Es distinto que frente a la realidad busque mitigar el sufrimiento de estos niños ofreciéndoles la oportunidad de que dignifiquen sus vidas.

Pese a que las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en innumerables ocasiones han emitido resoluciones que proscriben el trabajo infantil, esta situación se sigue dando en Latinoamérica sin que los Estados cuenten con políticas públicas claras que eliminen estas prácticas.

martes, 19 de agosto de 2008

Entre París y África

La ciudad de Santa Cruz es la capital del departamento del mismo nombre y se ubica en el Valle de Grigotá. Tiene una extensión de 30.000 hectáreas por ello se dice que es una de las 16 ciudades más extensas del mundo. Esta zona se empezó a colonizar a partir de los años 30 del siglo pasado, cuenta con 12 distritos municipales urbanos y 3 cantones rurales, que a su vez se subdividen en 500 barrios.

La ciudad tiene forma de araña, que los cruceños denominan anillos, conectados por calles perpendiculares a ellos. El primer anillo corresponde al centro de la ciudad. A partir del cuarto anillo se ubican los barrios más pobres hasta los anillos 11 y 12. Es como cuando se habla de primer, segundo, tercer mundo y así sucesivamente. El sitio donde estamos ubicados corresponde al anillo 7. Alguien decía en estos días que en Santa Cruz coexisten sitios que se parecen París y otros que se parecen África. En esta ciudad existen barrios exclusivos que responden a todas las normas de urbanística, con espacios públicos bien dotados y adornados con los verdes intensos de su exuberante naturaleza. Generalmente estas casas tienen muros muy altos que no permiten mirar a su interior. En sus centros comerciales se vende en dólares y en ellos se observan mercancías de las marcas más reconocidas del mundo. Los más pudientes viven en bellas quintas en las afueras de la ciudad. La clase media alta se ubica en el sector de Equipetrol y en condominios en la vía a Cotoca.

La impresión que se tiene cuando se llega por primera vez es la de volar sobre una inmensa mesa verde. Al empezar a transitar se encuentra una ciudad sin planeación territorial lo cual se refleja en la informalidad del territorio. Los documentos oficiales del municipio dan cuenta de ello pues más de la mitad de los barrios han surgido informalmente. En otros lugares, a estos asentamientos se les denomina “urbanizaciones piratas” pues los promotores de estas situaciones simplemente lotean, urbanizan y no garantizan los servicios públicos mínimos, dejándole al Estado, en este caso a la ciudad, la obligación de cubrir estas necesidades.

Tal vez el problema más grave con relación a los servicios públicos de la ciudad de Santa Cruz es la carencia de alcantarillado pues solo cubre al 30% de la población. Otro problema gravísimo es la gestión de residuos sólidos. La luz y el agua están mejor servidos y en algunos casos el servicio lo prestan cooperativas. Los lotes son muy grandes y las viviendas, aunque en material de ladrillo, se observan en malas condiciones por efecto del polvo, al carecer de pavimentos y aceras. Obviamente la falta de alcantarillado y de un tratamiento de aguas lluvias hace que cuando llueve se acumule el agua causando olores nauseabundos.

Los anillos se vuelven una pesadilla puesto que no existen semáforos suficientes. Sin embargo, los conductores logran vencer este obstáculo con audacia. Es de anotar que no se nota un gran respeto por el peatón. Es una ciudad para vehículos incluso en los barrios pobres.

El transporte público es prestado por buses, “trufis” (colectivos) y taxis. El servicio de bus es bueno en cuanto a las frecuencias pero las condiciones de mantenimiento e higiene no siempre son óptimas. El pasaje en bus cuesta 1.50 bolivianos (0.20 centavos de dólar), no existen paraderos fijos. Los taxis no tienen taxímetro lo cual favorece a las personas pues debido a las grandes distancias el valor que arrojaría un taxímetro les saldría más oneroso. Hasta el séptimo anillo el valor de una carrera desde el centro oscila entre 15 y 25 bolivianos (dos y tres dólares aproximadamente). Hay taxis que solo transitan hasta el cuarto anillo. Los que viajan a los sitios más aportados generalmente no se encuentran en buen estado.

Esta es una mirada general del territorio cruceño que nos da pistas sobre la calidad de vida de sus habitantes.